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«Excavar en el Patio de los Leones es algo tan extraordinario como poder analizar el cometa Halley, una ocasión irrepetible que se produce cada centenares de años», dicen que comentó el arqueólogo y catedrático de Historia Medieval Antonio Malpica al conocer su inmersión en el estudio del subsuelo del patio cumbre del arte islámico. La intervención actual es la primera que se lleva a cabo con técnicas de los registros de la arqueología moderna en este emblemático espacio, una de las imágenes más reproducidas de la Alhambra, y permitirá la documentación y la preservación de elementos y materiales encontrados, a la vez que constatará que el palacio actual se asienta sobre estructuras de construcciones previas. En definitiva, la excavación arrojará luz sobre el subsuelo de este patio, el mundo subterráneo, y permitirá despejar dudas sobre cómo fue concebido este palacio en su origen. El historiador Gómez Moreno fue uno de los primeros responsables de la Alhambra que se atrevió a levantar el pavimento para llevar a cabo unas obras de saneamiento de estas estancias. «Al hacerse estas obras de saneamiento, se hallaron dos muros estrechos y paralelos en la dirección del eje mayor del patio, uno a cada lado y a alguna distancia de las columnas de las galerías laterales lejos del pabellón de levante, lo que supone que hubo edificaciones anteriores», escribió el arqueólogo y conservador granadino. Su anotación era completada con la siguiente apreciación: «No se hallaron raíces, que demostraba no había habido en el patio grandes árboles». Esta última observación echaría por tierra la teoría de que el Patio de los Leones estaba ajardinado. Para sondear el origen del Patio de los Leones, aquello sobre lo que se asienta, hay que citar a su gran creador y constructor: Muhammad V. Este sultán fue el gran alarife de la Alhambra, el soñador de los palacios nazaríes y responsable de la imagen que ha permanecido hasta la actualidad. Muhammad V rompió con todo lo anterior construido en la Alhambra e instituyó un estilo barroquizante y naturalista. El sultán fue el primero en introducir elementos de la naturaleza en las decoraciones artísticas de los palacios, incluidos los leones. La aparición de figuras animadas en un palacio islámico ha sido una de las rarezas destacadas en los manuales de la Historia del Arte durante muchos años, porque el Islam prohibe la reproducción de imágenes. Nuevas fuentes documentales, como la aportada por el especialista judío Raymond P. Scheindlin, señalan que en el siglo XI se pusieron de moda en la zona mediterránea las fuentes con esculturas de animales en las casas de los poderosos. Scheindlin defiende su hipótesis a través de los poemas del también judío Ibn Gabirol, del siglo XI. De este modo los leones responden a esa tendencia, que ya existía anteriormente desde el siglo IX. La tesis de Scheindlin acaba con las teorías que defienden el origen bizantino de las esculturas alhambreñas, ya que los leones responderían a una moda musulmana existente en Al-Andalus. Muhammad V fue uno de los seguidores de aquella moda andalusí, cuyos primeros vestigios encontrados aparecieron en Palestina. La fiebre por la arquitectura del sultán nazarí llegó a tal extremo que fue recriminado por su visir, el poeta Ibn Al-Jatib, que llegó decir que todo el día estaba entre andamios y maromas en vez de dedicarse a las labores propias de gobierno, a las tareas de Estado. Fue tal la personalidad y fuerza de este regidor nazarí que sus descendientes vivieron de las rentas, porque sus obras, palacios y demás construcciones no fueron continuadas. Los historiadores, tras la presencia de Muhammad V en la Alhambra hablan del periodo de decadencia del reino y arte nazarí. Un solar A la afición constructora Muhammad V sumó su interés en acabar con etapas anteriores de gobierno un tanto tumultuosas. El sultán fue destronado. En primer lugar tomó el poder Ismail II, cuyo reinado duró un año al ser destronado por su primo Muhammad VI, quien estuvo durante los años Lo primero que hizo el nuevo sultán fue arrasar con el palacio de sus antepasados y construir el mexuar sobre una anterior zona defensiva de la ciudad-fortaleza. ¿Y el Patio de los Leones? Una de las primeras dificultades que encuentra el investigador para resolver esta incógnita consiste en que se tienen escasísimas fuentes y conocimientos sobre la Alhambra anterior a Muhammad V. Los únicos datos que se tienen han llegado a través de las inscripciones epigráficas de Las primeras informaciones sobre la excavación confirman este aspecto, «al haberse recuperado abundantes fragmentos cerámicos y restos constructivos que procederían de la construcción anterior a la que se asienta el Palacio de los Leones, también conocido como Palacio del Riyad Al-Saíd o Jardín Feliz», según indicó en una nota el Patronato de la Alhambra y el Generalife. La mayoría de las investigaciones que han consultado los textos epigráficos indican que el Palacio de los Leones fue construido sobre unos anteriores jardines, una serie de huertas colindantes a las estancias palatinas de Comares. La tesis del jardín vendría avalada ante la posible existencia de una rauda, un cementerio, una palabra cuya traducción al español es jardín funerario. ¿Por qué se han encontrado restos de construcciones anteriores? Podrían ser las construcciones que rodeaban una qubba pabellón construida en esta misma zona por Ismail I, durante el periodo comprendido entre 1314 y 1325. «Rodeaban a esta qubba central unas estancias, algunas reaprovechadas y otras destruidas al construir Muhammad V el palacio del Riyad», según los especialistas. Al origen del palacio y descubrimiento de esa etapa alhambreña anterior a Muhammad, la excavación arqueológica podría dar por finalizado el debate sobre el suelo del Patio de los Leones. El patio es uno de los espacios que más modificaciones ha sufrido, de ahí la dificultad para conocer cuál fue el suelo original. Sobre esta cuestión existen multitud de teorías de todo tipo, sobre una escasa base documental. Leopoldo Torres Balbás, uno de los más notables conservadores del monumento alhambreño, equipara este espacio al patio de la Mezquita de Fez, un suelo de barro con azulejos y la estrella de ocho puntas, símbolo de Al-Andalus. Por otra parte, la referencia más antigua que se tiene sobre el aspecto del Patio de los Leones indica que en él se encontraban unos pequeños naranjos. A lo largo de la historia de este espacio, desde la llegada de los Reyes Católicos, ha sufrido constantes cambios, intervenciones y obras tanto en su aspecto como patio o jardín como en todo aquello que afecta a la legendaria fuente que lo preside. La actual intervención arqueológica está asociada al proyecto de renovación y reconstitución del circuito hidráulico de las fuentes de este sector palatino, deteriorado fundamentalmente por la escasa calidad del agua y las deficiencias en las infraestructuras. Además, la investigación revelará datos desconocidos sobre el funcionamiento de la fuente. Los trabajos de reconstrucción del circuito hidráulico se están centrando en la restauración de las fuentes y canales de retorno y la renovación de la red de acometida. Además, está previsto el filtrado y la cloración del agua, así como su tratamiento térmico para impedir su congelación durante el periodo invernal. Las investigaciones sobre esta instalación hidráulica podría dejar al descubierto la infinidad de intervenciones llevadas a cabo en la fuente, unas actuaciones que la habrían deteriorado. |
30 may 2012
la desconocida Alhambra anterior a Muhammad V
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