Las curiosas tumbas que rodean el monumento de la Alhambra
Uno de los monumentos más visitados de España y de Europa merece ser conocido en su profundidad. La Alhambra y el Generalife es un gran exponente arquitectónico del esplendor árabe durante su imperio en la península Ibérica pero también es un clarísimo ejemplo de que se aprovechaba todo.
Habrá quienes no lo sepan, pero hoy desvelamos un secreto. Cuando se entra en la ciudad palatina de la Alhambra por la puerta de la Justicia, tras la curva que hacen todas las entradas árabes a modo defensivo, se sube una pendiente que esconde una curiosidad. La muralla que la acompaña, está hecha de muerte.
Los arquitectos que levantaron este majestuoso monumento usaron su imaginación para aprovechar todo lo que estuviese en su mano. Por eso si se observa detenidamente esta pared izquierda conforme se asciende desde la puerta de la Justicia, se podrán encontrar inscripciones.
Estas inscripciones son nombres, fechas o dedicatorias a personas fenecidas. Efectivamente, son lápidas de tumbas que fueron utilizadas para construir algunas partes de la Alhambra y ahorrar así el trabajo de llevar material nuevo desde más lejos. No se sabe su origen exacto, pero se intuye que pertenecieron a los asentamientos árabes de los primeros siglos de ocupación (s.VIII-IX)